Como un hecho histórico
calificaron los mayores de los pueblos indígenas Guambiano Paez que conviven en
el Resguardo ‘La Reforma’ en la inspección de Belén del municipio de la Plata -Huila,
la entrega de unos predios de su territorio que desde hace 11 años estaban
siendo ocupados por una base militar de la Novena Brigada, pese a ir en contra de las
normas nacionales e internacionales de protección de las comunidades indígenas.
El 27 de enero no fue como otros
viernes para los habitantes de la inspección de Belén y mucho menos para los
indígenas del Resguardo La Reforma, ese día desde la distancia, observaban con
incertidumbre y expectativa el retiro de la Base Militar del Batallón
de Infantería 26 Cacique Pigoanza, que desde el 2001 ocupaba parte de su
territorio. El mismo que habían dejado de cultivar, de cuidar, bailar, cantar,
nutrir y acompañar como les enseñaron sus ancestros.
Los
Guambiano Páez aún mantienen su lengua natal Guambiana y Nasa yuwe, que hablan con cierta fluidez tanto jóvenes
como mayores. De tradición agrícola, el trabajo de la tierra constituye su
principal fuente de sustento, la “madre tierra” representa para ellos una
realidad amistosa y benévola. Comunidad
y tierra constituyen una unidad en la cual ninguna de sus partes puede
sobrevivir independientemente.[1] Como pueblos
originarios buscan desde la relación con la tierra y la autonomía de su
territorio, como parte fundamental de su cosmovisión, la recuperación total de
su identidad étnica y sus costumbres culturales.
Es por
ello que la ocupación de su territorio por los militares representó serias
consecuencias para su sustento y procesos socio-culturales. Ocupación que
inició en el año 2001 cuando el batallón se instala en los predios de la
estación de policía, y empiezan a tomar predios del resguardo sin hacer las consultas
previas, ni contar con su consentimiento como lo establece el Convenio 169 de la
OIT y el Decreto 1397 de 1996.
11 Años de resistencia
La
comunidad indígena en representación de su gobernador, hizo los reclamos en
mayo 29 de 2003 ante el capitán de la base militar y el ministro de Defensa de
entonces, sin obtener respuesta alguna. El 25 de agosto de 2010, se realiza una
audiencia pública en el
marco de la II Caravana Internacional de
Juristas organizada por el Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo (CAJAR), Abogados sin Fronteras del
Canadá y la Corporación de Abogados y Profesionales Surcolombianos (CAPS). En esta audiencia, las
autoridades del resguardo, un delegado del Consejo Regional Indígena del Huila -CRIHU-
y el Teniente Coronel Luís Erazo Arteaga firman un acta en la que se acuerda la reubicación de la base militar Belén y se establece un plazo de un año contado a partir de la fecha para ello.
No obstante,
el 27 de julio de 2011 a pocos días de cumplirse la fecha acordada, la
comunidad indígena otorga ampliar el plazo a seis meses en un gesto de buena
voluntad, siendo el 27 de enero de 2012
la fecha en que retornarían sus territorios.
Gobernador La Reforma |
SV Arley Sierra |
El día llegó, y en un hecho sin precedentes
el Ejercito Nacional hizo entrega oficial del territorio que los militares del Batallón
de Infantería 26 Cacique Pigoanza ocupaban. “Este es
un hecho histórico, de gran importancia para la unidad de nuestros pueblos y la
defensa de nuestros territorios” señaló Leonardo Homen Quinaya, presidente del
CRIHU, al igual que los mayores del Resguardo la Reforma y gobernadores de
otros pueblos indígenas del Huila y del Cauca que acompañaron la jornada.
De esta
manera se da cumplimiento a la Constitución Política Colombiana de 1991 que
declara en el artículo 63 las tierras comunales de grupos étnicos como
inalienables, imprescriptibles e inembargables; y en los artículos 286
y 329 se determina que los territorios
indígenas son entidades territoriales y se les brinda protección.
El acta
de entrega fue firmada por el Sargento Arley Sierra Pérez, en representación del
Teniente Coronel Fernando López Colmenares, comandante Batallón No. 26 Cacique Pigoanza
quien entregó el predio de 200 metros cuadrados perteneciente al cabildo
indígena la Reforma, al gobernador Floriberto Andela Cuene, siendo observadores
la Defensora del Pueblo del Huila, la doctora Constanza Arias y el Responsable Territorial
del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo Humano, Huila –PNUD- Alfonso
de Colsa.
En el
acta, se garantiza que “el terreno se
encuentra limpio de material explosivo que atente contra la integridad del
personal o habitantes de la población. También se llega a un acuerdo por el
cual se permite al Ejercito Nacional que en un plazo de 8 días a partir de la
firma del documento, den por terminadas todas las obras correspondientes al
desalojo de la base militar incluyendo la destrucción de las trincheras y el
retiro de todo el material que se necesite para la instalación de la nueva
base, por lo cual se dará por terminado el proceso de entrega del predio al
Resguardo indígena”.
Por su parte,
las autoridades indígenas solicitaron que se entregara cercado el predio y que
la población civil no participara en las obras de levantamiento de la base
militar, ni hiciera presencia en los terrenos del cabildo sin su autorización.
El camino
En Colombia
las comunidades indígenas son unas de las más afectadas por el conflicto armado
del país y durante los últimos años en sus informes de Derechos Humanos, han
denunciado la ocupación de sus territorios por los distintos grupos armados
legales e ilegales, que ponen en peligro sus derechos fundamentales y culturales. Lo ocurrido
en Belén en el suroccidente del Huila sin duda se convierte en un precedente
para otras luchas de los pueblos indígenas del país que reclaman su derecho al
territorio, a su autonomía y su protección conforme a la ley y a los tratados
internacionales que les cobija.
La
organización indígena encabezada por el CRIHU, el acompañamiento efectivo de
colectivos de abogados como CAPS, así como del Ministerio Público, las
organizaciones Internacionales y las organizaciones sociales fue clave en este
proceso de defensa del territorio.
Representantes Consejo Regional Indígena del Huila -CRIHU- |
El reto para
los Guambiano Paez, es liberar las tensiones generadas por la reubicación de la
base militar con algunos de los representantes de la población campesina, que
ven con incertidumbre no contar con la presencia de los militares en la zona,
así como hacer uso de los recursos que les otorgue la ley para la reparación
por los daños causados durante la toma de sus terrenos.
Con un sentido ritual de purificación
de la tierra, los cabildantes de La Reforma, en compañía de los gobernadores de
los Resguardos Juan Tama, La Estación Talaca, Potrerito, San Miguel, La
Gaitana, Los Ángeles, Nuevo Amanecer, Misak, entre otros del Huila y el Cauca,
seguidos de las organizaciones acompañantes y la guardia indígena, retornaron
por primera vez luego de 11 años de espera a su territorio sagrado, el mismo en el que cultivarán y construirán casas las nuevas familias del Resguardo.
[1]
Pachón C. Ximena. Instituto Colombiano de Antropología, Introducción a la Colombia Amerindia. Ver más en: http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/antropologia/amerindi/guambia.htm